La palabra “deuda” suele generar rechazo, pero hay deudas que crean valor y otras que lo destruyen. Comprender esta diferencia es clave para construir un futuro financiero sólido y evitar cargas innecesarias.
Una deuda es dinero que recibes hoy y te comprometes a devolver en el futuro, generalmente con intereses y comisiones. Aunque existe la creencia de que toda obligación es negativa, muchos expertos subrayan que endeudarse puede ser positivo si mejora la situación financiera futura y se gestiona con responsabilidad.
Una deuda buena cumple dos requisitos fundamentales. En primer lugar, debe existir capacidad de pago adecuada: puedes solventar las cuotas según el contrato sin desbordar tu presupuesto ni dañar tu historial crediticio.
En segundo lugar, el destino vinculado a activos implica financiar proyectos o bienes que generan ingresos, ahorros o apreciación de valor. En síntesis, se trata de un crédito que financia activos o inversiones que elevan tu patrimonio y cuya cuota es sostenible con tus ingresos.
Este tipo de deuda suele utilizarse para consumo o pasivos que no generan retorno (ropa, vacaciones o gadgets), amenaza tu presupuesto al no poder pagarse cómodamente, presenta tasas de interés muy altas y condiciones poco transparentes, y frecuentemente guía a la persona a sobreendeudarse y compromete tu ahorro futuro.
Para diferenciar con precisión, aplica estos filtros:
Un indicador clave es la suma de todas las cuotas respecto a tus ingresos netos: si supera el 35 %, podrías estar en zona de riesgo y enfrentar estrés financiero.
A continuación, un ejemplo numérico de hipoteca para vivienda de alquiler:
Otros ejemplos incluyen:
Entre los errores más comunes se encuentran compras impulsivas sin un plan de ahorro, no evaluar la relación cuota/ingresos, ignorar posibles subidas de tipos de interés y recurrir a créditos informales con condiciones opacas.
Para manejar tu pasivo de forma inteligente:
Si aplicas estas estrategias y tu flujo neto mejora, estarás en el camino hacia una verdadera libertad financiera y podrás distinguir con claridad entre obligaciones que suman y aquellas que restan.
Referencias