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Del miedo a la oportunidad: Inversiones en tiempos de crisis

Del miedo a la oportunidad: Inversiones en tiempos de crisis

23/11/2025
Yago Dias
Del miedo a la oportunidad: Inversiones en tiempos de crisis

La historia demuestra que las crisis económicas suelen generar pánico y sesgo de aversión a las pérdidas en los mercados. Sin embargo, estos periodos esconden oportunidades únicas para construir carteras sólidas y obtener rentabilidades atractivas a largo plazo.

El marco macroeconómico de las crisis

Una recesión se define operativamente como dos trimestres consecutivos de caída del PIB real. A lo largo de las últimas décadas, las economías desarrolladas han registrado poco más de una docena de recesiones, con duraciones que van desde algunos meses hasta varios años en los casos más extremos.

Históricamente, las recesiones duran en promedio unos 10 meses, aunque en la gran recesión de 2008 superaron los 18 meses en muchas economías. Pese a su frecuencia relativa, suelen ser más breves que las fases de expansión.

Los grandes episodios recientes incluyen la crisis financiera global de 2008–2009, la crisis de deuda europea, la recesión pandémica de 2020 y el entorno de alta inflación y tipos elevados tras la pandemia.

Los bancos centrales de economías emergentes también han elevado sus tipos oficiales: Brasil supera el 11%, México ronda el 10% e India se sitúa alrededor del 6,5%. Estas decisiones impactan flujos de capital y riesgo soberano.

Además, el nivel de deuda pública sigue siendo elevado: en EE.UU. supera el 120% del PIB. Este escenario plantea un dilema entre carga fiscal y crecimiento sostenible, condicionando la dinámica de las inversiones en el medio plazo.

La psicología del inversor en tiempos turbulentos

Cuando los mercados caen, predominan los comportamientos impulsivos. La preferencia por liquidez extrema y la tendencia a vender en mínimos y comprar en máximos son manifestaciones típicas del miedo.

Sesgos como el sesgo de aversión a las pérdidas, el efecto manada y la miopía al riesgo llevan a muchos a liquidar posiciones justo antes de las recuperaciones. Por ejemplo, tras la caída de los índices en 2008 o 2020, quienes mantuvieron la calma se beneficiaron de fuertes rebotes.

Por ejemplo, durante la crisis de 2008 el VIX llegó a superar los 80 puntos, y en marzo de 2020 se acercó de nuevo a niveles similares, frente a valores cercanos a 20 en fases de calma. Estudios apuntan que los retornos medios de la renta variable tras recesiones alcanzan entre el 8% y el 12% anual en horizontes de 12 a 36 meses.

Sectores y activos en tiempos de crisis

Los inversores suelen dividir sus apuestas entre segmentos defensivos, refugios tradicionales y oportunidades de recuperación.

Sectores defensivos:

  • Consumo básico: alimentación, higiene y bienes de primera necesidad.
  • Salud: farmacéuticas, biotecnología y servicios hospitalarios.
  • Utilities: electricidad, gas y suministro de agua.

En estos segmentos la demanda es rígida y sus ingresos suelen ser estables incluso con contracción económica. Los estudios muestran rentabilidades acumuladas de fondos o ETFs sectoriales que superaron al índice general en crisis pasadas.

Activos refugio:

  • Oro y metales preciosos: histórica reserva de valor.
  • Deuda soberana de alta calidad: bonos de gobiernos desarrollados.
  • Liquidez y equivalentes: letras del tesoro y depósitos a corto plazo.

Estos activos ofrecen baja correlación con la renta variable y sirven de colchón de estabilidad durante picos de volatilidad (correlación baja o negativa).

Sectores cíclicos y de recuperación:

  • Finanzas e industria pesada.
  • Consumo discrecional, turismo y lujo.
  • Automoción y bienes de capital.

Estos sectores suelen cotizar con descuentos atractivos en fases de crisis, ofreciendo potencial de revalorización al inicio de la recuperación.

Oportunidades estructurales:

Áreas como tecnología (cloud, IA, ciberseguridad) y transición energética y renovables presentan crecimientos sólidos. Se estima que la capacidad instalada de renovables superará al carbón en 2025, y el sector digital mantiene un crecimiento superior al 10% anual tras la pandemia.

Inmobiliario y otros activos reales

El mercado inmobiliario reacciona de forma sensible a los tipos de interés. Cuando suben las tasas, aumenta el costo de las hipotecas y se modera la demanda. Tras la pandemia, creció el interés por áreas periurbanas y viviendas con espacio para teletrabajo.

En España, los precios han mostrado una subida moderada en los últimos años, con rentabilidades brutas de alquiler cercanas al 4-6% y netas del 3-4%. La normativa crediticia más estricta ha enfriado la demanda y dado lugar a modelos alternativos como el crowdfunding inmobiliario y las SOCIMI/REITs.

Otros activos reales, como infraestructuras, agricultura y materias primas energéticas, ofrecen diversificación y protección parcial frente a la inflación en el largo plazo.

Estrategias, errores frecuentes y recomendaciones prácticas

Para convertir el miedo en oportunidad, es clave diseñar un plan que contemple:

• Diversificación global de activos, sectores y geografías para reducir riesgos.

dollar-cost averaging / aportaciones periódicas que suavicen la volatilidad y eviten depender del “market timing”.

• Cartera equilibrada según horizonte temporal y tolerancia al riesgo, combinando renta variable, renta fija y liquidez.

• Visión de largo plazo con reinversión de dividendos y cupones para maximizar el efecto compuesto.

Rebalancear la cartera de forma periódica ayuda a mantener la asignación deseada y a materializar ganancias en segmentos con sobrepeso.

Entre los enfoques de inversión, el value investing busca compañías sólidas temporalmente infravaloradas, el growth y quality se centra en empresas con perspectivas estructurales y balances sanos, y la inversión pasiva en índices globales ofrece bajo coste y amplia diversificación.

Los errores más comunes incluyen vender en pánico, acumular liquidez sin reingresar al mercado, sobreconcentrarse en un activo, asumir riesgos excesivos en especulaciones y la falta de plan de inversión o fondo de emergencia para contingencias.

Transformar el miedo en oportunidad requiere disciplina, conocimiento y una perspectiva a largo plazo. Ante la próxima crisis, prepara tu estrategia, mantén la calma y aprovecha los momentos de incertidumbre para construir una cartera resistente y orientada al crecimiento.

Yago Dias

Sobre el Autor: Yago Dias

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